Desgaste de Rodilla – Cómo Saber Si Necesitas Cirugía

El cartílago es un tejido conectivo que se encuentra en muchas partes del cuerpo. Aunque es un material resistente y flexible, es relativamente fácil de dañar.

Este fino tejido de goma actúa como un cojín entre los huesos de las articulaciones. Las personas con daño del cartílago comúnmente experimentan dolor en las articulaciones, rigidez e inflamación (hinchazón).

En este artículo, describiremos la función del cartílago, cómo puede dañarse, cómo se puede tratar ese daño, y sobre si es necesaria una intervención quirúrgica.

¿Qué es el cartílago?

El cartílago es un tejido que amortigua los huesos.

El cartílago tiene varias funciones en el cuerpo humano:

  • Reduce la fricción y actúa como un amortiguador entre las articulaciones y ayuda a soportar nuestro peso cuando corremos, nos doblamos y estiramos.
  • Mantiene los huesos juntos, por ejemplo, los huesos de la caja torácica.
  • Algunas partes del cuerpo están hechas casi totalmente de cartílago, por ejemplo, las partes externas de nuestros oídos.
  • En los niños, los extremos de los huesos largos están hechos de cartílago, que eventualmente se convierte en hueso.
  • A diferencia de otros tipos de tejido, el cartílago no tiene un suministro de sangre. Debido a esto, el cartílago dañado tarda mucho más tiempo en sanar, en comparación con otros tejidos que son suministrados por la sangre.

Hay tres tipos de cartílago:

  • Cartílago elástico (cartílago amarillo): el tipo de cartílago más elástico y flexible. El cartílago elástico conforma el exterior de las orejas y parte de la nariz.
  • Fibrocartílago: el tipo de cartílago más resistente, capaz de soportar grandes pesos. Se encuentra entre los discos y las vértebras de la columna vertebral y entre los huesos de la cadera y la pelvis.
  • Cartílago hialino – elástico, resistente y elástico. Se encuentra entre las costillas, alrededor de la tráquea y entre las articulaciones (cartílago articular).

El cartílago elástico, el fibrocartílago y el cartílago hialino pueden dañarse. Por ejemplo, un disco deslizado es un tipo de daño por fibrocartílago, mientras que un impacto fuerte en la oreja puede causar daño al cartílago elástico.

Cuando el cartílago en una articulación se daña, puede causar dolor intenso, inflamación y cierto grado de discapacidad, lo que se conoce como cartílago articular. Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), un tercio de los adultos estadounidenses mayores de 45 años sufre algún tipo de dolor de rodilla.

Los síntomas

Los pacientes con daño al cartílago en una articulación (daño del cartílago articular) experimentarán:

  • Inflamación: el área se hincha, se calienta más que otras partes del cuerpo, y es sensible, dolorosa y dolorosa.
  • Rigidez.
  • Limitación del rango: a medida que el daño progresa, la extremidad afectada no se moverá con tanta libertad y facilidad.

El daño del cartílago articular ocurre más comúnmente en la rodilla, pero el codo, la muñeca, el tobillo, el hombro y la articulación de la cadera también pueden verse afectados.

En casos severos, un pedazo de cartílago puede romperse, y la articulación puede bloquearse. Esto puede causar hemartrosis (sangrado en la articulación); el área puede volverse manchada y tener una apariencia magullada.

Causas

  • Golpe directo: si una articulación recibe un fuerte impacto, tal vez durante una mala caída o un accidente automovilístico, el cartílago puede dañarse. Los deportistas tienen un mayor riesgo de sufrir daños articulares, especialmente aquellos involucrados en deportes de alto impacto como el fútbol americano, el rugby y la lucha libre.
  • Uso y desgaste: una articulación que experimenta un largo período de estrés puede dañarse. Las personas obesas tienen más probabilidades de dañarse la rodilla durante un período de 20 años que una persona de peso normal, simplemente porque el cuerpo está bajo un grado mucho mayor de estrés físico. La inflamación, la descomposición y la eventual pérdida de cartílago en las articulaciones se conoce como osteoartritis.
  • Falta de movimiento: las articulaciones deben moverse con regularidad para mantenerse sanas. Los largos períodos de inactividad o inmovilidad aumentan el riesgo de daño al cartílago.

Diagnóstico

Diferenciar entre el daño del cartílago en la rodilla y un esguince, o daño en el ligamento, no es fácil porque los síntomas pueden ser similares. Sin embargo, las pruebas modernas no invasivas hacen que el trabajo sea mucho más fácil de lo que solía ser.

Después de realizar un examen físico, el médico puede ordenar las siguientes pruebas de diagnóstico:

  • Imágenes de resonancia magnética (IRM): el dispositivo utiliza un campo magnético y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cuerpo. Aunque es útil, una resonancia magnética no siempre puede detectar el daño del cartílago.
  • Artroscopia: se inserta un instrumento similar a un tubo (artroscopio) en una articulación para examinarlo y repararlo. Este procedimiento puede ayudar a determinar la extensión del daño del cartílago.

Tratamiento

La cirugía para el daño del cartílago es idealmente un último recurso.

Tratamiento conservador (no quirúrgico): algunos pacientes responden bien al tratamiento conservador, que puede incluir ejercicios especiales, AINE (antiinflamatorios no esteroideos) y, en ocasiones, inyecciones de esteroides.

Los ejercicios pueden incluir terapia física y/o un programa que el paciente puede hacer en casa. Si el daño no es tan grave, lo anterior puede ser todo lo que el paciente necesite.

Cirugía: los pacientes que no responden al tratamiento conservador necesitarán cirugía. Existen varias opciones quirúrgicas, dependiendo de varios factores, que incluyen la edad y el nivel de actividad del paciente, qué tan grande es la lesión y cuánto tiempo hace que ocurrió la lesión.

Las opciones quirúrgicas incluyen:

  • Desbridamiento: alisa el cartílago dañado y elimina los bordes sueltos para evitar que se roce e irrite otras partes del cuerpo. El procedimiento se realiza con pequeños instrumentos artroscópicos, como una afeitadora mecánica.
  • Estimulación de la médula ósea: debajo del cartílago dañado, el cirujano realiza pequeños orificios (microfracturas), exponiendo los vasos sanguíneos que se encuentran dentro del hueso. Esto hace que se forme un coágulo de sangre dentro del cartílago que desencadena la producción de nuevo cartílago. Desafortunadamente, el nuevo cartílago que crece es menos flexible que el tipo de cartílago original. Esto significa que se desgasta más rápidamente, y el paciente puede necesitar más cirugía más adelante.
  • Mosaicplastia: se toma cartílago sano y en buen estado de un área y se traslada al sitio dañado. Este procedimiento no es adecuado cuando hay un daño generalizado, como en la osteoartritis. La mosaicoplastia solo se usa para áreas aisladas de daño del cartílago, generalmente limitado a 10-20 milímetros de tamaño; esta técnica se usa más comúnmente en pacientes menores de 50 años que sufrieron daños en un accidente.
  • Implantación de condrocitos autólogos: se extrae un pequeño trozo de cartílago y se lleva a un laboratorio. Aquí se cultiva para producir más células de cartílago. Aproximadamente de 1 a 3 meses después, las nuevas células de cartílago se implantan en la rodilla, donde se convierten en tejido sano.

Ejercicios

Un fisioterapeuta puede sugerir ejercicios que sean adecuados para que una persona fortalezca los músculos alrededor de la articulación. Esto reducirá la presión en el área con el cartílago dañado.

Lo que recomiendo es:

  • Un estiramiento suave para mantener la flexibilidad y la amplitud de movimiento
  • Entrenamiento aeróbico y de resistencia para lograr o mantener un peso saludable y mejorar el estado de ánimo y la resistencia.
  • Ejercicios de fortalecimiento para construir los músculos alrededor de las articulaciones.
    Si bien el ejercicio ofrece muchos beneficios, parece poco probable que resulte en una regeneración del cartílago.

Dr. Víctor López Valerio

Traumatólogo y ortopedista certificado por el consejo mexicano, cuenta con posgrado en lesiones deportivas, trasplante de cartílago y reconstrucción articular. Tel: (81) 83-36-74-24 y/o Haz una cita

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El cartílago es un tejido conectivo que se encuentra en muchas partes del cuerpo. Aunque es un material resistente y flexible, es relativamente fácil de dañar.

Este fino tejido de goma actúa como un cojín entre los huesos de las articulaciones. Las personas con daño del cartílago comúnmente experimentan dolor en las articulaciones, rigidez e inflamación (hinchazón).

En este artículo, describiremos la función del cartílago, cómo puede dañarse, cómo se puede tratar ese daño, y sobre si es necesaria una intervención quirúrgica.

¿Qué es el cartílago?

El cartílago es un tejido que amortigua los huesos.

El cartílago tiene varias funciones en el cuerpo humano:

  • Reduce la fricción y actúa como un amortiguador entre las articulaciones y ayuda a soportar nuestro peso cuando corremos, nos doblamos y estiramos.
  • Mantiene los huesos juntos, por ejemplo, los huesos de la caja torácica.
  • Algunas partes del cuerpo están hechas casi totalmente de cartílago, por ejemplo, las partes externas de nuestros oídos.
  • En los niños, los extremos de los huesos largos están hechos de cartílago, que eventualmente se convierte en hueso.
  • A diferencia de otros tipos de tejido, el cartílago no tiene un suministro de sangre. Debido a esto, el cartílago dañado tarda mucho más tiempo en sanar, en comparación con otros tejidos que son suministrados por la sangre.

Hay tres tipos de cartílago:

  • Cartílago elástico (cartílago amarillo): el tipo de cartílago más elástico y flexible. El cartílago elástico conforma el exterior de las orejas y parte de la nariz.
  • Fibrocartílago: el tipo de cartílago más resistente, capaz de soportar grandes pesos. Se encuentra entre los discos y las vértebras de la columna vertebral y entre los huesos de la cadera y la pelvis.
  • Cartílago hialino – elástico, resistente y elástico. Se encuentra entre las costillas, alrededor de la tráquea y entre las articulaciones (cartílago articular).

El cartílago elástico, el fibrocartílago y el cartílago hialino pueden dañarse. Por ejemplo, un disco deslizado es un tipo de daño por fibrocartílago, mientras que un impacto fuerte en la oreja puede causar daño al cartílago elástico.

Cuando el cartílago en una articulación se daña, puede causar dolor intenso, inflamación y cierto grado de discapacidad, lo que se conoce como cartílago articular. Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), un tercio de los adultos estadounidenses mayores de 45 años sufre algún tipo de dolor de rodilla.

Los síntomas

Los pacientes con daño al cartílago en una articulación (daño del cartílago articular) experimentarán:

  • Inflamación: el área se hincha, se calienta más que otras partes del cuerpo, y es sensible, dolorosa y dolorosa.
  • Rigidez.
  • Limitación del rango: a medida que el daño progresa, la extremidad afectada no se moverá con tanta libertad y facilidad.

El daño del cartílago articular ocurre más comúnmente en la rodilla, pero el codo, la muñeca, el tobillo, el hombro y la articulación de la cadera también pueden verse afectados.

En casos severos, un pedazo de cartílago puede romperse, y la articulación puede bloquearse. Esto puede causar hemartrosis (sangrado en la articulación); el área puede volverse manchada y tener una apariencia magullada.

Causas

  • Golpe directo: si una articulación recibe un fuerte impacto, tal vez durante una mala caída o un accidente automovilístico, el cartílago puede dañarse. Los deportistas tienen un mayor riesgo de sufrir daños articulares, especialmente aquellos involucrados en deportes de alto impacto como el fútbol americano, el rugby y la lucha libre.
  • Uso y desgaste: una articulación que experimenta un largo período de estrés puede dañarse. Las personas obesas tienen más probabilidades de dañarse la rodilla durante un período de 20 años que una persona de peso normal, simplemente porque el cuerpo está bajo un grado mucho mayor de estrés físico. La inflamación, la descomposición y la eventual pérdida de cartílago en las articulaciones se conoce como osteoartritis.
  • Falta de movimiento: las articulaciones deben moverse con regularidad para mantenerse sanas. Los largos períodos de inactividad o inmovilidad aumentan el riesgo de daño al cartílago.

Diagnóstico

Diferenciar entre el daño del cartílago en la rodilla y un esguince, o daño en el ligamento, no es fácil porque los síntomas pueden ser similares. Sin embargo, las pruebas modernas no invasivas hacen que el trabajo sea mucho más fácil de lo que solía ser.

Después de realizar un examen físico, el médico puede ordenar las siguientes pruebas de diagnóstico:

  • Imágenes de resonancia magnética (IRM): el dispositivo utiliza un campo magnético y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cuerpo. Aunque es útil, una resonancia magnética no siempre puede detectar el daño del cartílago.
  • Artroscopia: se inserta un instrumento similar a un tubo (artroscopio) en una articulación para examinarlo y repararlo. Este procedimiento puede ayudar a determinar la extensión del daño del cartílago.

Tratamiento

La cirugía para el daño del cartílago es idealmente un último recurso.

Tratamiento conservador (no quirúrgico): algunos pacientes responden bien al tratamiento conservador, que puede incluir ejercicios especiales, AINE (antiinflamatorios no esteroideos) y, en ocasiones, inyecciones de esteroides.

Los ejercicios pueden incluir terapia física y/o un programa que el paciente puede hacer en casa. Si el daño no es tan grave, lo anterior puede ser todo lo que el paciente necesite.

Cirugía: los pacientes que no responden al tratamiento conservador necesitarán cirugía. Existen varias opciones quirúrgicas, dependiendo de varios factores, que incluyen la edad y el nivel de actividad del paciente, qué tan grande es la lesión y cuánto tiempo hace que ocurrió la lesión.

Las opciones quirúrgicas incluyen:

  • Desbridamiento: alisa el cartílago dañado y elimina los bordes sueltos para evitar que se roce e irrite otras partes del cuerpo. El procedimiento se realiza con pequeños instrumentos artroscópicos, como una afeitadora mecánica.
  • Estimulación de la médula ósea: debajo del cartílago dañado, el cirujano realiza pequeños orificios (microfracturas), exponiendo los vasos sanguíneos que se encuentran dentro del hueso. Esto hace que se forme un coágulo de sangre dentro del cartílago que desencadena la producción de nuevo cartílago. Desafortunadamente, el nuevo cartílago que crece es menos flexible que el tipo de cartílago original. Esto significa que se desgasta más rápidamente, y el paciente puede necesitar más cirugía más adelante.
  • Mosaicplastia: se toma cartílago sano y en buen estado de un área y se traslada al sitio dañado. Este procedimiento no es adecuado cuando hay un daño generalizado, como en la osteoartritis. La mosaicoplastia solo se usa para áreas aisladas de daño del cartílago, generalmente limitado a 10-20 milímetros de tamaño; esta técnica se usa más comúnmente en pacientes menores de 50 años que sufrieron daños en un accidente.
  • Implantación de condrocitos autólogos: se extrae un pequeño trozo de cartílago y se lleva a un laboratorio. Aquí se cultiva para producir más células de cartílago. Aproximadamente de 1 a 3 meses después, las nuevas células de cartílago se implantan en la rodilla, donde se convierten en tejido sano.

Ejercicios

Un fisioterapeuta puede sugerir ejercicios que sean adecuados para que una persona fortalezca los músculos alrededor de la articulación. Esto reducirá la presión en el área con el cartílago dañado.

Lo que recomiendo es:

  • Un estiramiento suave para mantener la flexibilidad y la amplitud de movimiento
  • Entrenamiento aeróbico y de resistencia para lograr o mantener un peso saludable y mejorar el estado de ánimo y la resistencia.
  • Ejercicios de fortalecimiento para construir los músculos alrededor de las articulaciones.
    Si bien el ejercicio ofrece muchos beneficios, parece poco probable que resulte en una regeneración del cartílago.

Dr. Víctor López Valerio

Traumatólogo y ortopedista certificado por el consejo mexicano, cuenta con posgrado en lesiones deportivas, trasplante de cartílago y reconstrucción articular. Tel: (81) 83-36-74-24 y/o Haz una cita

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Dr. Víctor López Valerio

Traumatólogo graduado de Medicina de la Universidad de Monterrey. Realizó su especialidad de Traumatología y Ortopedia en el Hospital Christus Muguerza. Posteriormente, realizó un posgrado en artroscopia y traumatología deportiva en la Federación Catalana de Futbolistas en Barcelona, España. Cuenta también con un posgrado en Reconstrucción articular y Reparación de Cartílago en el Hospital Brigham & Woman’s Harvard Medical School. El Dr. Víctor López Valerio está certificado como Fellow of the American College of Surgeons (a menudo catalogado como “FACS” por sus siglas en inglés) es un título utilizado para indicar que la educación y capacitación del cirujano, así como sus calificaciones profesionales, competencia quirúrgica y su conducta ética, han pasado una evaluación rigurosa y se han encontrado dentro de los altos estándares establecidos y exigidos por la organización American College of Surgeons. Actualmente, es el único traumatólogo especializado como FACS en el estado de Nuevo León.
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